Ojalá que la catástrofe sufrida con los ciclones en agosto-septiembre 2008 y el espectro horroroso de este terremoto, puedan sacudir la conciencia solidaria internacional, no para la mera asistencia emergente humanitaria, sino para, de una vez por todas, concretar un gesto serio y sólido de la Solidaridad y Justicia para con el pueblo haitiano. Actualmente lo socorremos generosamente en esta tremenda catástrofe... pero dentro de poco, podemos desconectarnos de su futuro. Podemos olvidarlo de nuevo en estos tiempos de "globalización" aún sabiendo que: ¡OTRO HAITÍ ES POSIBLE!
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