Por el temblor de tierra murieron 300 mil personas, casi dos millones quedaron sin vivienda y la capital perdió gran parte de su infraestructura. En esa situación, en la cual se encuentran aún 357 mil haitianos, resulta creciente el riesgo de contraer enfermedades, entre ellas el cólera, que desde octubre de 2010 ha quitado la vida a más de siete mil 600 personas.
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